Setas de otoño - Felicidad Cuenca Martínez

 

Cuando llega el otoño a nuestra ciudad, los chopos empiezan a ponerse amarillos con las lluvias y la temperatura se vuelve más fresca. Entonces, el campo empieza a oler a húmedo y comienzan a salir las setas.

Las primeras setas en salir suelen ser las setas venenosas. Aunque son tóxicas, su llegada es buena noticia, pues nos anuncia que ya queda poco tiempo para encontrar boletus y níscalos, que son las más recolectadas por la zona, especialmente por la zona de Tragacete. La llegada del otoño se anticipa unas semanas en esta zona de media montaña debido a la mayor altitud respecto a la ciudad. Estos tipos de setas salen en las zonas de 500 a 1000 metros sobre el nivel del mar en zonas mediterráneas.

El boletus edulis, muy apreciado en la cocina, se puede encontrar desde finales de verano hasta finales de otoño. Su sombrero es de color marrón mate y marrón más oscuro en los ejemplares más jóvenes. El color en el borde del sombrero se empieza a aproximar al blanco y su tronco es gordo y blanco también. El boletus necesita bastante humedad. En las zonas de 500 metros de altitud se puede encontrar hasta en las primeras heladas, junto con el boletus edulis, el boletus pinícola, el boletus aereus y otras variedades. Para recolectar el boletus, hemos de arrancarlo con cuidado, ya que su micelio crece por debajo de la tierra.

Una seta asociada al boletus es la amanita muscaria, también llamada “hongo matamoscas”. Esta seta es roja con pintas blancas. Es muy bonita de ver, pero es venenosa. Pese a su toxicidad, es muy apreciada porque nos da la pista de la proximidad de los boletus. Por esa razón, la llamamos “la seta chivata”. Crece en terrenos de helechos y pinares de pino albar o pino rojo y musgos, como el boletus. Una variedad tóxica de la familia de los boletus es el boletus satanás, que al cortarlo se pone de un tono azulado.

Al aparecer el boletus, empieza a salir el níscalo lactarius o rebollón, y el níscalo borracho, bien conocido por estas tierras. Para recolectarlo, hemos de cortar su pie por la mitad (como hacemos con casi todas las setas), ya que su micelio crece por encima de la tierra. Hemos de tener cuidado si vemos un supuesto níscalo con el sombrero velloso, especialmente si cuando lo cortamos salen gotitas de leche (látex blanco), pues como toda seta, el níscalo también tiene su doble venenoso.

En cuanto a otras setas comestibles, podemos encontrar la seta del caballero (que ha de consumirse en cantidades moderadas y preferiblemente en guisos), la macrolepiota procera, la llanega blanca, la llanega negra, la negrilla, la senderuela, el pie azul…..y la reina de las setas: la amanita cesarea. La amanita cesarea sale en arenales. Tiene forma de huevo y su color es naranja. Es un excelente comestible.

Con la seta que más cuidado debemos tener es con la amanita phaloide. Esta seta es mortal. Ni siquiera debemos tocarla con las manos. Si la tocamos, es mejor que nos lavemos las manos inmediatamente después. Pero no, tal y como ocurre con todas las setas no comestibles, no debemos eliminarla, golpearla o darle patadas. Las setas tóxicas cumplen su función en el ecosistema y, además, son las “chivatas” que nos avisan de qué setas comestibles andan cerca.

 

 Felicidad Cuenca Martínez


Profesora: María José Valero

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